lunes, 20 de febrero de 2017

ROSARIO SÁNCHEZ MORA (17- 04-2008)


Rosario Sánchez Mora, nace en Villarejo de Salvanés el 21 de Abril de 1919, huérfana de madre, con dieciséis años acude a Madrid junto a los vecinos que se habían encargado de cuidarla. A su llegada a Madrid se hizo militante comunista y trabajaba como aprendiz de corte y confección en un Círculo Cultural de las Juventudes Socialistas Unificadas en Madrid. Al año de estar allí, se produce el golpe de estado y ella se incorpora a las Milicias Obreras del Quinto Regimiento; es enviada al frente para combatir contra las tropas del  general Mola. Ella tiene por entonces diecisiete años. 
Combatirá en primera línea teniendo como arma un mosquetón de siete kilos y las pocas nociones militares que le pudieron impartir desde las trincheras.
Una vez estabilizado el frente con las tropas rebeldes es destinada a la sección de dinamiteros, pero poco después sufre un accidente con un cartucho de dinamita y acaba perdiendo la mano derecha. Tras su salida del hospital, se reincorporó a la división, como encargada de la centralita del Estado Mayor Republicano en la Ciudad Lineal de Madrid. Fue allí donde Rosario conoció a Miguel HernándezVicente Aleixandre y Antonio Aparicio, poetas al servicio de la causa republicana. Rosario se hace más conocida por el poema donde la inmortaliza Miguel Hernández.


 Entre balas y muertos tuvo tiempo de vivir un breve amor, que se desarrolló principalmente mediante cartas. El 12 de septiembre de 1937, contrajo matrimonio civil con Francisco Burcet Lucini, sargento de la Sección de Muleros, y en su pequeña luna de miel quedó embarazada; despidiéndose poco después porque su reciente marido era enviado al frente de Teruel. 
Tras la batalla del Ebro dejó de recibir cartas de su marido Paco. 
Rosario, intentó escapar por Alicante con su padre, dejando a su hija con la segunda mujer de éste. Allí fueron capturados, con otros 15.000 republicanos que esperaban exiliarse a bordo de barcos de la Sociedad de Naciones que nunca llegaron a puerto. Fueron conducidos al campo de los Almendros, donde fusilaron a Andrés Sánchez. Rosario fue liberada y trasladada semanas después a Madrid, donde fue detenida de nuevo por vecinos falangistas de su pueblo, que la encarcelaron en la prisión de Villarejo y después en la de Getafe, mientras se le incoaba un procedimiento sumarísimo de urgencia. La petición fiscal de muerte fue conmutada por 30 años de reclusión por un delito de adhesión a la rebelión.
Fue trasladada a la prisión de Ventas y siguió un periplo carcelario por las prisiones de Durango, Orúe y, finalmente, Saturrarán. El 28 de marzo de 1942, tras sufrir tres años de encierro y todo tipo de calamidades, fue puesta en libertad gracias a los beneficios penitenciarios que el régimen franquista se veía obligado a decretar periódicamente para aliviar sus prisiones. Precisamente ese mismo día en que fue liberada moría Miguel Hernández en la prisión de Alicante.
Fue condenada a permanecer desterrada a más de 200 kilómetros de su pueblo y se instaló en El Bierzo, con una compañera de prisión ya liberada, pero la necesidad de ver a su hija la hizo regresar a Madrid pese a la prohibición de hacerlo. Su hija estaba al cuidado de su suegra y desde allí comenzaron la búsqueda de su marido, sin noticias desde el fin de la guerra. Por informaciones de familiares supo que su marido había rehecho su vida en Oviedo una vez que el régimen franquista anuló todos los matrimonios civiles de la República. Rosario volvió a casarse y tuvo otra hija, pero se separó al cabo de dos años. Para ganarse la vida comenzó a vender tabaco americano de contrabando en la plaza de Cibeles. Posteriormente montó un estanco en Madrid, en la calle Peña Prieta del barrio de Vallecas.






Rosario Sánchez Mora, Rosario "Dinamitera" y el Campesino llegan al
 hospital tras la explosión de la granada que la dejó manca.




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